jueves, 14 de marzo de 2013

AUDIENCIA ENTRE FAMOSOS


Mucho se está hablando en los últimos tiempos de los dos nuevos talent shows de las dos principales cadenas privadas españolas: "Splash!: Famosos al agua" (Antena 3) y “Mira quién salta” (Telecinco). Se trata en ambos casos de una idea, a priori, muy similar: la de un grupo de famosos saltando a una piscina desde un trampolín. Un mismo concepto que ha sido el último motivo de desencuentro entre las sempiternas enfrentadas Antena 3 y Telecinco, afanadas en estrenar su talent show de natación antes que el canal rival.

Antena 3 se adelantó a Telecinco después de que esta anunciase con gran antelación el día del estreno de "Mira quién salta". De momento, con dos programas de "Splash!" emitidos y el primero de "Mira quién salta" todavía fresco en la retina, podemos decir que ambos formatos están siendo respaldados por la audiencia. Ayer, el formato de Telecinco reunió a 3.376.000 espectadores (23,5% de cuota de pantalla). "Splash!" dio el "piscinazo de salida" el pasado 4 de marzo con un dato todavía mayor: 4.476.000 televidentes y un 26,4% de share; sin embargo, el segundo programa, emitido el pasado lunes 11, bajó más de 5 puntos, hasta un 20,9%, un dato que sigue siendo muy destacable si tenemos en cuenta que en ambas emisiones se enfrentaba a "Gran Hermano". Realmente no son de extrañar estos grandes datos de audiencia: tanto Antena 3 como Telecinco se han encargado de crear una gran expectación.
 

¿Cuál es la clave de este éxito? ¿Sus presentadores? ¿Su ritmo? ¿La temática? ¿Falete y Lydia Lozano? Aunque cada formato tiene sus propios puntos fuertes, es innegable que uno de los principales atractivos que tienen en común estos dos formatos son los concursantes, los famosos ("Splash!" ya ha dado lugar a un nuevo vocablo, faletazo, a raíz de la actuación de Falete en el programa). 


En los últimos años los famosos se están convirtiendo en los grandes protagonistas de una serie de formatos cuyo principal atractivo es precisamente ver en acción a estos personajes públicos. Es realmente curioso que casi todos estos precedentes de "Splash!" y "Mira quién salta" han contado también con el beneplácito de la audiencia: “Tu cara me suena”, “Mira quién baila”/”Más que baile”, “Supervivientes”, “Acorralados”, “Hotel Glam”... ¡e incluso “Alaska & Mario”! Sí que es verdad que hay algunas excepciones como el formato “¿Cantas o qué?”, estrenado en Antena 3 en 2006 y retirado al poco tiempo, o “Expedición imposible”, que se emite actualmente en Cuatro y que no acaba de despegar en datos de share. Pero la mayoría de los formatos con famosos que no ejercen de presentadores ni de entrevistados ni de invitados sino de concursantes triunfan casi siempre. ¿Por qué?



1. Son famosos, no anónimos

Como ya he dicho antes, una de las principales bazas de este tipo de programas son precisamente sus concursantes/protagonistas. Más allá de lo mejor o peor que nos puedan caer, son personajes que el público ya reconoce previamente porque han actuado en alguna serie, porque llevan no sé cuántos discos vendidos, porque han colaborado en X programa… Ya arrastran seguidores por su trayectoria previa; no tenemos que partir de la base de empezar a conocer a estas personas como ocurriría, por ejemplo, en “Gran Hermano”, donde los concursantes son completos desconocidos para el público.

Hay que tener en cuenta que la trayectoria de los personajes famosos en un talent show o en un reality puede afectar (para bien o para mal) a su imagen pública. De repente descubrimos que aquel actor que se nos hacía tan pesado es simpático fuera del contexto en el que lo habíamos visto anteriormente. O lo contrario: un famoso que nos caía bien nos resulta menos simpático. En definitiva, a pesar de que ya conocemos de antes a estos personajes, cada vez que se someten a la exposición en un formato semanal existe un cierto redescubrimiento de sus personalidades por parte de la audiencia. Nuestra percepción sobre ellos puede cambiar.


2. Son caras familiares

La estructura de este tipo de programas (una estructura semanal con un grupo de personajes que no varía) recuerda mucho al de las series de ficción, con la diferencia de que lo que vemos en los realities y en los talent shows es “verdad”. El hecho de que los mismos personajes aparezcan semana tras semana en nuestra pantalla refuerza los lazos de unión con el espectador. A base de una exposición reiterada a la audiencia, podemos ir conociendo los tics, los filias y fobias, la forma de expresarse… de estos personajes populares: los vamos conociendo mejor, se refuerza la empatía. Vemos también las afinidades que se dan entre los integrantes del grupo de personajes famosos, quién tiene buena relación con quién…  Los famosos se convierten en caras familiares y el medio televisivo se convierte en una especie de hogar gigante donde los famosos se convierten en un miembro más de la familia de los espectadores.



3. Intentan superarse

En la mayor parte de este tipo de formatos con famosos vemos una evolución en ellos, una evolución que puede ser de muchos tipos. Por ejemplo, en “Tu cara me suena” esta evolución consiste en tener una capacidad cada vez mayor de mimetizarse en un cantante reconocible por la audiencia; en “Supervivientes” observamos la capacidad de los famosos de sobrevivir con lo mínimo en una “isla desierta” y de convivir con otros famosos… Cada caso es un mundo, pero en todos ellos el espectador tiene la información necesaria para determinar por sí mismo quién ha evolucionado más o menos, quién está luchando por superarse o quién está simplemente “haciendo bulto”. El espectador es juez y quiere ver los logros conseguidos por los personajes famosos. Es como ver crecer a un bebé.



4. Crean espectáculo 
Estos personajes conocidos son espectáculo en estado puro (bueno, unos más que otros). El espectáculo es un factor tremendamente importante en la televisión actual y los famosos contribuyen a generar e incrementar el show que un formato puede ofrecer. De esta manera, los programas protagonizados por famosos se convierten en una alternativa televisiva que atrae al espectador medio y que ayuda a este a desconectar por un momento de su rutina.


5. Son seres humanos como nosotros

A raíz de todo lo anterior, estos personajes se convierten en personas, en seres humanos, lo cual los acerca aún más a los espectadores. El espectador se puede sentir identificado en algunos momentos con ellos, puede entender sus reacciones, sus miedos, sus ilusiones. El televidente se solidariza con el famoso a la vez que este se humaniza ante los ojos de la audiencia. Vemos al personaje popular tal y como es (o tal y como le interesa mostrarse) y la comunión entre el concursante y el espectador puede ser total.





¿Qué nos queda por ver hacer a los famosos en televisión? Ya los hemos visto cantando, imitando, bailando, viviendo y sobreviviendo... Por lo de pronto, ya ha saltado la noticia de que el grupo Atresmedia (antes conocido como Grupo Antena 3) está preparando un nuevo programa para Antena 3 o laSexta en el que un grupo de famosos aprenden a hacer magia.

Hay quien dice que ya está todo inventado. Sin embargo, yo tengo la teoría de que las cadenas de televisión nos seguirán sorprendiendo con formatos novedosos con gente famosa, de la misma forma que Antena 3 y Telecinco nos sorprendieron ahora con un programa de natación. Mientras ese nuevo formato se gesta, los espectadores tendremos que intentar seguir disfrutando de los saltos acuáticos de los personajes de nuestra tele.

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